Si los cantos marineros mientras gira el cabrestante,
tempestades y aventuras, galeones y piratas,
si tesoros enterrados, combates por mar y tierra,
islas desiertas con nuevos Robinsones en sus playas.
Y todos los cuentos viejos, una vez más recontados,
precisamente lo mismo, conforme a la vieja usanza,
a los chicos de hoy en día, más sensatos y juiciosos,
les gustan como en un tiempo a mí también me gustaban...
Está bien, y anda con ello. Pero si así ya no fuera,
si el aventajado joven ha perdido ya las ganas
de ir con Kingston, Ballantyne o con Cooper de la mano
por desiertos y por mares, y por lagos y montañas...
Está bien, y nada digo. Sólo quiero que en la tumba
donde ellos y sus engendros reposen de sus andanzas
me coloquen a su lado, y que duerma el mismo sueño,
por los siglos de los siglos, yo con todos mis piratas.
R.L.S
La isla del tesoro es para mi una obra imprescindible en cualquier biblioteca juvenil. Aúna aventuras e história en un texto muy bien estructurado y narrado. Los personajes están perfectamente retratados gracias a las detalladas descripciones y cuentan con una personalidad muy definida. Te atrapa desde el principio y no puedes parar de leer las aventuras y entresijos de esta novela de piratería.
El protagonista de la historia, Jim Hawkings, descubre el día posterior a la muerte de su padre que dentro de un viejo baúl, perteneciente a un fallecido marinero pirata, existe un mapa del tesoro. Este mapa es el responsable de iniciar un viaje a una misteriosa isla tropical donde en sus entrañas se halla muy bien escondido un fabuloso tesoro, el tesoro del Capitán Flint (grandes cantidades de oro y plata provenientes de la mala vida del capitán). Este niño descubre que es hora de hacerse mayor y descubrir que la vida tiene tanto alegrías como tristezas y que los éxitos se basan en el esfuerzo y la lucha contra la adversidad.
Se me ha olvidado el nombre. Soy Alejandra de Freitas García.
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