jueves, 25 de noviembre de 2010

Campos de fresas, de Jordi Sierra i Fabra

La novela cuenta la típica historia de un grupo de amigos que salen una noche, como todos los fines de semana, a divertirse y a olvidar todo lo malo que les ha ocurrido durante la monótona semana. Pero algo trágico sucede esa noche. Después de haber ingerido una pastilla eva adulterada, Luciana, una de las chicas del grupo, entra en coma por una subida de calor. Las horas posteriores resultan cruciales para salvar la vida de Luciana. Mientras ella se mantiene conectada a la vida con la ayuda de miles de máquinas, su novio Eloy y el resto de sus amigos buscan, a contrarreloj, al camello que les vendió aquellas pastillas. La chica también continúa luchando, desde la cama del hospital, para salir de ese estado de luces y sombras y para volver a ser la adolescente jovial y con llena de vida que era antes de tomar aquel veneno. Finalmente, el camello es encontrado por los chicos en uno de los afters clandestinos de la ciudad. Se inicia una persecución por los alrededores en la que también interviene la policía. Cuando, por fin, le dan alcance este cae al suelo y muere, no sin antes tirar por la alcantarilla las pastillas que buscan sus perseguidores. Afortunadamente, Cinta, amiga de Luciana, ha conseguido una de ellas y, de esta forma, se dirigen todos al hospital. Lo que ocurre allí es preferible que sea descubierto por el lector.
Este trágico acontecimiento es paralelo a la situación por la que está pasando Loreto, otra de las amigas de estos chicos. La bulimia está acabando con su vida y está destrozando todas aquellas ilusiones y proyectos que cualquier chico o chica de su edad puede tener. Loreto está atrapada en una espiral de la cual no consigue escapar. Ya se ha rendido. Pero cuando se entera de lo que le ha ocurrido a su mejor amiga saca fuerzas de donde no las tiene para salir adelante, para dejar de vomitar a diario, y para volver a ser la chica que algún día fue. Sabe que será difícil, pero ya ha dado un gran paso: intentarlo.
Esta obra es adecuada, a mi modo de ver, para tratarla en cualquier curso de Secundaria, aunque el profesor podría darle más utilidad en un 3º o 4º de la ESO. Existen diversas actividades que realizar antes, durante y después de la lectura. Pueden resultar muy gratificantes para los alumnos ya que el libro tratado contiene una temática muy cercana a los adolescentes.
Patricia Maciá Silvestre

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